Los riesgos “No financieros” y sus impactos financieros. De Mark Carney a Margarita Delgado a Greta Thunberg
Marcio Viegas, fundador y director general de SUST4IN, [email protected]
La Directiva Europea 2014/95 y sus transposiciones, incluyendo la Ley 11/2018 en España, llama a una serie de cuestiones ambientales, sociales, laborales y otras de información «no financiera», un término desafortunado que venimos criticando desde hace años.
La Directiva Europea y la nueva Ley española son bienvenidas, conforme discutimos en la III Conferencia sobre Información “No Financiera”, pero no nos engañemos: los aspectos relacionados a la sostenibilidad sí que afectan o pueden afectar las finanzas de las empresas – y de los bancos, como veremos más adelante – mas allá del ya ultrapasado concepto de la línea de triple resultado (triple bottom line).
Los riesgos (y oportunidades) relacionadas al cambio climático son el mejor ejemplo.
En 2015, en un discurso ya famoso en el Lloyd’s de Londres, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, alertaba sobre los riesgos relacionados con el cambio climático para la estabilidad financiera. O lo que Carney llamó de «tragedia del horizonte»: una vez que el cambio climático se convierta en un tema determinante para la estabilidad financiera, puede ser demasiado tarde.
Ayer en Madrid, Margarita Delgado, Subgobernadora del Banco de España, fue más allá de los riesgos derivados del cambio climático y, en un discurso contundente, añadió los riesgos derivados de la transición “Tanto los efectos del cambio climático, como de las medidas encaminadas a transformar de modo sostenible nuestra economía, afectan directamente a las entidades de crédito“ y que las entidades financieras deben acomodar “los efectos adversos que puede tener la transición energética”.
Es decir, cuidado con la fiebre del planeta, pero también con los efectos secundarios de la medicina que tenemos que tomar. Estos efectos secundarios incluyen cuestiones económicas, de seguridad e incluso ambientales, pero principalmente sociales, como el empleo, acceso a la energía y la desigualdad – otras cuestiones consideradas “no financieras” pero que pueden afectar la estabilidad de la sociedad y de las sociedades mercantiles.
Pero hay buenas noticias:
- Tenemos recetas para curar estos males: el Acuerdo de París y principalmente la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, aunque no las estamos siguiendo, como acaba de alertar Naciones Unidas.
- La implementación de los ODS y la transición hacia una economía baja en carbono generan empleos netos, es lo que nos dijo en su día la Business & Sustainable Development Commission y la Organización Internacional para el Trabajo (OIT).
- Los inversores y el sector financiero han llegado tarde, pero con una velocidad y contundencia impar, desde las recomendaciones del Task-force for Climate Financial Disclosure hasta movimientos de desinversión y de inversión responsable.
- Las niñas y niños empiezan a robar el protagonismo – de grupos como los chalecos amarillos o los negacionistas en extinción. Pueden finalmente cambiarnos a nivel individual como consumidores y votantes?
Escuchar a Greta Thunberg y a Margarita Delgado nos ayuda a salir del engaño y a seguir!